lalakitchen-love-raw

Si tu alimentación es principalmente vegana y vegetal, tus razones van más allá de los nobles valores en defensa de los animales y eres una persona inquieta por tu salud, es más que probable que sin darte cuenta y apenas sin esfuerzo ya te estés alimentando en un 50% de vegetales crudos. Así que poco vas a tener que hacer para llegar a un porcentaje más alto, pues en realidad es mucho más fácil de lo que parece.

Incluso si aún no has dado el paso a una alimentación limpia, biológica, saludable libre animales y sus derivados, pero sientes muchas ganas de sentir mejoras en tu salud, vas a ver que no es tan difícil encaminarte hacia estos objetivos.

A estas alturas imagino que ya sabes que soy una férrea apasionada de la comida RAW, de hecho, si observas detenidamente mi blog, no tardarás en darte cuenta de que la gran mayoría de platos que propongo son crudiveganos. Y es que la lista de beneficios que nos aportan los alimentos crudos no tiene igual (una dieta cruda, equilibrada, alta en carbohidratos, hojas verdes y verduras y baja en grasas). Uno puede comprobarlo fácilmente haciendo un experimento de tan sólo una semana. Sin embargo, y a pesar de las historias de sanación increíbles que todos leemos por internet, el raw food al 100% puede no ser para todos, sobre todo planteado a largo plazo, pues el enamoramiento inicial puede fácilmente comenzar a flaquear por diferentes motivos. Yo misma, a pesar de que mi consumo de crudos es realmente alto y prácticamente la totalidad de mis días como crudo, no puedo ni deseo decir que soy crudivegana al 100%. Por un lado me gusta ser elástica y adaptable y por otro lado no me gusta ser rigurosa en exceso. Además muchos de nosotros tenemos situaciones familiares que debemos de saber compaginar con nuestros deseos. ¡Por no decir del frío que puede llegar a hacer en invierno en España! Un buen objetivo a plantearse sería lograr un 70-30 u 80-20 (crudos-cocinados).

En el anterior artículo que escribí quise compartir mi experiencia contigo, mi conclusión y mi visión. Sin embargo en este que ahora lees iremos directamente a la parte práctica.

A modo de breve resumen, ¿porqué es importante una dieta alta en alimentos crudos? (frutas, verduras, semillas)

1. Porque a diferencia de los alimentos cocinados, los alimentos crudos contienen TODA su vitalidad, todos sus minerales, enzimas y energía. Son un alimento completo, de manera que nuestro organismo encuentra en él todos los elementos necesarios para poder aprovecharlo y gestionarlo debidamente.

2. Porque a diferencia de los alimentos cocinados, los crudos no producen leucocitosis digestiva (es decir no incrementan la actividad de nuestros glóbulos blancos en sangre, cosa que sucede cada vez que nuestro cuerpo detecta una “amenaza”).

3. Porque las frutas y verduras crudas son alimentos muy alcalinizantes y desintoxicantes, que además de aportarnos agua y nutrientes de primera calidad, tienen la capacidad de diluir y arrastrar tóxicos que acumulamos en nuestro organismo.

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

Entonces, ¿Que es lo que podemos hacer para mantener una dieta coherente, depurativa y alta en alimentos vivos, que promueva nuestra salud, energía y belleza?

1. PRIORIZAR SIEMPRE Y COMO REGLA GENERAL EL CONSUMO DE ALIMENTOS CRUDOS.
2. SABER ESCOGER NUESTROS ALIMENTOS Y EMPLEAR BUENAS TÉCNICAS DE COCCIÓN.
3. APLICAR SENCILLAS NORMAS DE COMBINACIÓN DE ALIMENTOS.
4. FACILITAR LA DIGESTIÓN, ALARGAR LOS DESCANSOS.
5. COMER SÓLO CUANDO TENEMOS HAMBRE DE VERDAD.
6. EVITAR UN CONSUMO ELEVADO DE GRASAS.
7. BEBER ABUNDANTEMENTE.

REGLA 1: PRIORIZAR ALIMENTOS VIVOS DESINTOXICANTES

Está claro que si deseamos llevar una dieta depurativa y alta en alimentos crudos, debemos de priorizar éstos, tratando de llegar a un ratio de 60-40, 70-30 u 80-20, según nuestros objetivos, posibilidades y condiciones… ¿cómo?

– Que al menos una de tus comidas sea 100% crudivegana, o mejor todavía, dos comidas al día (ya se, esto es algo más difícil en invierno, en caso de mucho frío, por eso veremos otros comodines que podemos aplicar).
– Incorporar zumos y batidos verdes en nuestro día a día (ideales para desayunos y cenas tardías).
– Siempre que combinemos con alimentos cocinados, priorizar la mayoría de crudos, que la vida y el color (¡antioxidantes, vitaminas, enzimas!) sean mayoría en nuestros platos.
– Empezar siempre las comidas con una gran ensalada, paté vegetal crudo con palitos de verduras crudas o una crema cruda.
– Comer mucha fruta, pues es nuestro alimento por excelencia, el más depurativo de todos y nos aporta energía de alta calidad (¡siempre con el estómago vacío o conseguiremos el efecto contrario!).
– Comer mucha hoja verde (¡unos 400g al día, es decir entre 1 y 2 manojos!) pues es altamente alcalinizante, depuradora de la sangre y una buenísima escoba intestinal y además si tenemos variedad, obtenemos de ellas todos los aminoácidos necesarios para construir las tan debatidas proteínas).

REGLA 2: ALIMENTOS SALUDABLES Y MÉTODOS DE COCCIÓN

Alimentos a retirar o minimizar al máximo en tu dieta:

Lácteos, huevos, carnes y pescados, bebidas gaseosas y pasteurizadas (piensa que incluso los zumos más naturales si son envasados vienen pasteurizados), alcohol, alimentos procesados y con conservantes, harinas blancas, gluten, azúcares refinados y edulcorantes (incl. agave), productos de soja (a excepción del tempeh y la salsa de soja sin pasteurizar).

*Todos estos alimentos son altamente acidificantes, creadores de mucus, radicales libres y otras toxinas.

Alimentos que a incluir en tu dieta:

Fruta fresca y de temporada, verduras, hortalizas, raíces, cereales sin gluten, semillas y frutos secos crudos, germinados, algas, fermentos y legumbres (mejor germinadas y de forma ocasional).

Listado de los mejores alimentos para cocinar:

· Cereales sin gluten: mijo, quinoa, amaranto, arroz integral, trigo sarraceno
· Almidones y raíces: patatas, boniatos, calabazas, zanahorias…
· Legumbres: garbanzos, lentejas, alubias, azukis (mejor de manera ocasional)
· Tempeh y miso: que es soja fermentada (mejor de manera ocasional)

* Siempre que podamos, ecológicos.

Cuando se escoge cocinar un alimento, el método de cocción juega un papel vital.

– Para las verduras siempre utilizaremos métodos que ayuden en la conservación de sus vitaminas y enzimas e impidan al máximo su desvitalización y degradación.

– Para los cereales y legumbres escogeremos técnicas de preparado y cocción que ayuden a su mejor asimilación (cereales y legumbres son alimentos difíciles de digerir).

TÉCNICAS DE COCCIÓN:

Cereales: dejar toda la noche en remojo y lavar bien bajo el grifo. La quinoa, tras el remojo además debemos de frotarla bien entre las manos, pues contiene saponina (un tóxico natural). Cocinar con un trocito de alga kumbu o wakame para reducir su efecto acidificante.

Legumbres: dejar en remojo una noche y germinando durante 1 o 2 días. Cocinar (NO en olla express) con un trocito de alga kumbu. Añadir la sal al final de la cocción, ya que la sal endurece las legumbres.

Verduras: al vapor unos 7 minutos, o salteadas con muy poquito aceite o agua al estilo wok unos minutos, o introduciéndolas en agua que ha hervido, unos 3 minutos. Que queden siempre con colores vivos y un poco “crudités”.

* Cocinaremos siempre con aceite de oliva virgen o con aceite de coco, pues con los que se mantienen más estables al calor. Eso si, con cuidado de no sobrecalentar (¡que no humeen!).

REGLA 3: APLICAR NORMAS DE COMBINACIÓN DE ALIMENTOS

Como ya he comenté en mi anterior artículo, diferentes alimentos, necesitan de diferentes tipos de enzimas para ser digeridos. Además, si combinamos alimentos demasiado densos con alimentos de asimilación fácil, provocaremos fácilmente una mala digestión. Una mala digestión se traduce en alimentos a medio descomponer en los intestinos, generando toxinas que ensucian nuestras células, órganos y sangre. Y provocando gases e hinchazón abdominal. ¡No necesitamos comer todo a la vez! Es mucho mejor conseguir el abanico de nutrientes hacerlo a lo largo del día.

Pero no debemos volvernos locos y sobretodo debemos ser observadores y saber valorar por nuestra cuenta, a mi por ejemplo los almidones con ácido moderado he observado que no me provocan molestias.

Las normas más importantes:

– Come un solo alimento denso por vez (proteínas o almidón). Aplicar esta conciencia es la manera más fácil de llevar la combinación de alimentos a la práctica sin volverse loco. Entendemos por alimento denso aquellos que contienen muy poco agua o nada.
– Dos almidones SI que se pueden mezclar
– Almidones y ácido NO combinan
– Grasa con almidones SI combina
– Un poco de grasa con proteínas SI combina
– NO mezclar fruta dulce con grasas, almidones o proteínas
– Los vegetales SI combinan con todo
– NO mezclar fruta dulce con fruta ácida
– Los melones y sandías siempre solos (en licuado si se puede)

Y como extra:

– No bebas abundante durante las comidas para no diluir las enzimas digestivas.
– Mantente bien hidratado, bebe suficiente fuera de las comidas.
– Mastica y ensaliva bien los alimentos, especialmente los almidones

REGLA 4: FACILITAR LA DIGESTIÓN, ALARGAR LOS DESCANSOS

Nuestro organismo necesita el tiempo para desarrollar correctamente sus tareas de procesamiento, asimilación y distribución de los alimentos que comemos.

La mejor manera de favorecer una fácil y rápida asimilación de nutrientes y no crear colapso intestinal es aplicar las normas de combinación de los alimentos.

Otra regla muy interesante, efectiva y fácil de recordar es la de mantener las comidas lo más sencillas posibles. ¡Es mucho mejor tener un plato abundante y de pocos ingredientes que una comida en la que tenemos cuatro platos diferentes donde elegir!.

Además debemos de aplicar conciencia y respetar los tiempos de la digestión antes de ir a por la siguiente comida.

– La fruta se digiere en unos 30-45 minutos. (exceptuando el plátano que es de 1 h a 1h30).
– Las verduras y hojas fuertes necesitan unas 2 horas para ser digeridas.
– Los almidones y proteínas unas 3 horas
– Las grasas unas 4 horas

* Estos tiempos son aproximados.

El proceso digestivo es una de las funciones fisiológicas que más energía nos roba, ¿quién no ha experimentado sensación de sopor total tras una comilona?. Si queremos favorecer nuestra salud y nuestra belleza y vernos radiantes, debemos de dejar que nuestro cuerpo emplee su preciada energía en otras funciones mucho más interesantes y valiosas que digerir comidas excesivas ¡3 veces al día!.

Nuestro cuerpo es muy sabio y muy agradecido, cuando le damos descanso aprovecha para realizar tareas atrasadas, como son limpiar viejos residuos y toxinas. Nuestros cuerpos pueden gestionar perfectamente las porquerías acumuladas, de hecho cuando ayunamos, el cuerpo transforma esos tóxicos en energía que le sirve incluso de nuevo alimento.

Es fácil visualizar el constante colapso al que sometemos a nuestro cuerpo si te imaginas sentado en una mesa, trabajando en un proyecto y en la que sin haberte dado tiempo a terminar con él, tu jefe continúa trayendo más proyectos y tareas cada vez, los proyectos se empiezan a acumular sobre la mesa. Si no tienes el tiempo de ir terminándolos, tendrás que dejar unos a medias para poder ir gestionando los que te llegan. Esto es tal cual lo que sucede en nuestro interior cada vez que comemos algo sin haberle ofrecido a nuestro cuerpo, el tiempo previo necesario para gestionar la comida anterior. Nuestro cuerpo que es muy práctico, va acumulando estos residuos en cualquier lugar: intestinos, colon, órganos y células hasta que la acumulación es tan grande y tan tóxica que se produce la enfermedad. Sin embargo, igual que nosotros en esa supuesta mesa de trabajo, cuando obtenga un respiro se dedicará a resolver las tareas que se han acumulado y que han quedado incompletas. Eso es exactamente lo que le damos la oportunidad de hacer mediante los ayunos.

Además por la noche, durante las horas de sueño, en las que reposamos y no realizamos otras tareas, es el momento que tiene programado nuestra sabia naturaleza interior para realizar sus tareas de limpieza y puesta a punto. Por lo tanto, si nos acostamos con comida aún por digerir, le estaremos robando ¡su momento! ES MUY IMPORTANTE IRSE A LA CAMA CON LA DIGESTIÓN COMPLETADA.

¿Y por la mañana? ¡Pues por la mañana, cuando despertamos, tenemos preciosa oportunidad de seguir concediéndole ese descanso, el ayuno, para que siga depurando! ¡Es una lástima empezar la mañana con un desayuno fuerte!

Lo ideal es tomar de 250 ml a 1 L de agua tibia o del tiempo con un chorrito de limón o una cucharita de vinagre de manzana sin filtrar. De esa manera nos hidratamos y favorecemos la eliminación de deshechos generados durante la noche al tiempo que alcalinizamos y depuramos sangre e hígado.

También podemos continuar con un zumo verde, filtrado, sin pulpa, para nutrirnos y energizarnos a la par que seguimos depurando.

Y el desayuno… ¿cuándo llega? Pues deberíamos desayunar en el momento en el que aparece la sensación de hambre verdadera. Y llegado el caso no hay nada mejor que un batido verde o tanta fruta como deseemos.

REGLA 5: COMER SÓLO CUANDO HAY HAMBRE

Es muy fácil, como ya sabemos nuestro cuerpo es muy sabio y sabe cómo y cuando enviarnos la señal de que necesita alimento. Así que tan sólo nos basta saber escuchar con atención (la misma regla que aplicamos en el desayuno debemos aplicarla a lo largo del día).

En cuanto a picar constantemente entre horas, si observamos que tenemos muchos antojos, debemos de aprender a leer entre líneas, si nos apetece dulce o bollería, lo más seguro es que nos esté pidiendo calorías, en ese caso, lo mejor siempre es la fruta (carbohidratos = energía de 1ª calidad), eso si, recuerda que la fruta debes comerla siempre con el estómago vacío, ¡así que añade más frutas a tus desayunos y antes de las comidas!. Sin embargo si tenemos tendencia a que nos apetezca picar salado, suele ser debido que una falta de minerales, en ese caso no hay como añadir más cantidad de hojas verdes en la dieta.

¿Y qué picar entre horas?

Idealmente fruta, batidos de fruta o green smoothies, cremas de plátano y algarroba, leche vegetal, trufas o snacks de frutas deshidratadas, helados de plátano, patés crudos de verduras con crudités (apio, brócoli, zanahoria, lechuga…).

REGLA 6: EVITAR UN CONSUMO ALTO DE GRASAS

Las grasas son necesarias para nuestra salud. Entre otras cosas, éstas protegen a las membranas celulares de la oxidación, lubrican articulaciones, ayudan a mantener nuestra piel hidratada, y protegen al sistema inmunológico. Pero deben de ser de máxima calidad y consumidas con moderación. Se deben evitar rotundamente las grasas sobrecalentadas, ya que estas son gravemente deterioradas y son grandes formadoras de radicales libres.

Para beneficiarnos de sus propiedades, debemos de escoger siempre grasas de primera calidad, las mejores fuentes son las que vienen en su estado original, es decir: los frutos secos, semillas (crudos), aguacates y olivas (¡sin conservantes!). Los aceites son más peliagudos, pues se enrancian muy fácilmente. Por suerte, en España tenemos el aceite de oliva, que junto al de coco es el más estable de todos. Eso si, debemos elegirlos siempre que podamos ecológicos y de primera presión en crudo, y el aceite de oliva en botella oscura y guardarlos siempre protegidos de la luz directa del sol.

¿Y cual es la cantidad de grasas que debemos de tomar diariamente?

Entre 20 y 30 g

Es decir:

– Frutos secos, semillas y olivas los que te quepan en la mano y si eres un gran deportista, puedes tomar alguno más, pero realmente, para todos, cuantas menos grasas comamos, ¡MEJOR!

– Aguacates ½ al día, dependiendo del tamaño, claro está.

– Aceites unas 2 cucharadas al día.

*Los frutos secos debemos comprarlos siempre crudos y si deseamos tostarlos, hacerlo suavemente en casa, lo justo para que desprendan su delicioso aroma.

*Los aceites no sobrecalentarlos, es decir, no permitir nunca que humeen en la sartén.

REGLA 7: BEBE ABUNDANTE

Ya sea en forma de agua, zumos o infusiones. Es importante mantenernos hidratados para favorecer la depuración.

Una buenísima práctica es comenzar el día bebiendo entre ½ y 1 L de agua templada con limón. Eso si, recuerda beber siempre lejos de las comidas, o media hora antes o unas 2 horas después, para evitar diluir las enzimas digestivas.

Y para terminar, ¿me permites unos consejos?

¡Se optimista! No veas un cambio en tu alimentación como algo limitante. Ya sea porque lo has hecho por inquietud de mejorar tu energía y sentirte mejor o por necesidad de curar una enfermedad, la actitud positiva es vital. ¡Entiende este nuevo cambio como una oportunidad de descubrir un nuevo, apasionante y delicioso mundo!.

Si se te hace muy cuesta arriba, comienza incorporando nuevos hábitos y alimentos en vez de quitar, cuando quites, quita una sola cosa por vez, cuando lo tengas conquistado, ¡ve a por el siguiente!.

No focalices solo en la comida, ésta es sólo es una parte de tu salud, importante, claro está, pero igual de importante es la actividad física diaria, regalarte cada día TU momento, las relaciones saludables, un trabajo que te guste, capacidad de acallar tu mente, desarrollar la espiritualidad…

Tampoco te obsesiones en exceso, no hasta el punto de sufrimiento enloquecido por saber si lo que haces está bien o está mal, nuestras elecciones alimentarias no conllevan de por si la salud que tanto deseamos. No si comemos desde el miedo, la duda, la inseguridad constante, la preocupación e incluso la fobia, el perfeccionismo desmedido y la más absoluta intransigencia como me dijo un día mi profesor de yoga: saber qué está mal es más fácil que saber qué está bien. Piensa en ello, es una buenísima reflexión ;-).

Permítete excepciones, ¡sin ellas la vida sería muy limitante y aburrida!¡La vida hay que amarla y disfrutarla en todo momento, todo lo que hacemos lo tenemos que hacer con el corazón abierto, desde la alegría, de esa manera, y aplicando coherencia, todo va a estar SIEMPRE bien.

Compartir Artículo |

31 comentarios en “Una Alimentación Radiante. Nutrir Sin Colapsar. Parte 2.

Responder a Sergio Cancel Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  1. ¡Hola!

    Una cuestión: ¿el zumo verde lo tomamos inmediatamente después del agua con el limón, o esperamos un tiempo?:

    «Lo ideal es tomar de 250 ml a 1 L de agua tibia o del tiempo con un chorrito de limón o una cucharita de vinagre de manzana sin filtrar. De esa manera nos hidratamos y favorecemos la eliminación de deshechos generados durante la noche al tiempo que alcalinizamos y depuramos sangre e hígado.

    También podemos continuar con un zumo verde, filtrado, sin pulpa, para nutrirnos y energizarnos a la par que seguimos depurando.»

    ¡Gracias!

      1. Perfecto, ya llevo una semana y noto escalofríos y piel de gallina a los pocos minutos de comenzar a tomarlo. Hasta ahora lo estaba haciendo una pausa de unos 20 minutos.

        ¡Gracias!

        1. Sergio, hola! sólo una cosa, toma el agua con limón sólo si sientes que te hace bien y que te gusta, ¿vale? a algunas personas les enfría un poco el cuerpo. Y un consejo general puede no ser bueno para todos. En ese caso hay otras cosas que puedes tomar en vez de limón, como por ejemplo un vaso de agua con una cucharada de vinagre de manzana sin filtrar u otro tipo de productos alcalinizadores que son del tipo suplemento. Un abrazo enorme! elka

          1. Se me pone la piel un poco de gallina unos minutos, pero me sienta muy bien.

            Tomo una botella de 750ml de agua con el zumo de medio limón y luego otra botella de 750ml de zumo de naranja o mandarina recién exprimido, y no tomo nada hasta que pasan un par de horas.

            ¡Me siento muy bien!

            Un abrazo y gracias de nuevo

          2. Hola Sergio! jo, perdona el retraso, por algún motivo no me están entrando los mensajes a mi buzón y hasta hoy no los he visto!! Pues me parece una estupenda manera de comenzar el día, ¡¡sin duda!! un abrazo grande!

  2. Un post genial! Tengo una duda…. me encanta añadir legumbres a mis ensaladas pero nunca las he dejado germinar. Se dejan en el agua 1 día o 2? O cómo las dejo?
    Muchas gracias!!!

    1. Hola Antonia! si, para germinar sólo tienes que remojarlas unas 8 horas y luego ya fuera dl agua mantenerlas húmedas hasta que empiezan a brotar. Esto tarda más o menos, según la temperatura exterior. Yo las pongo en coladores :) un abrazo! elka